Siempre me voy a arrepentir de lo que pasó. Dice mi hijo que no lo haga, que no me sienta culpable, que su papá ya traía su destino. A mí eso no me deja vivir en paz.
Después de que lo sepultamos, sus hermanos, los que viven alrededor, no se acercaron. Mi esposo adoraba a sus hermanos. Para él hubiera sido terrible que algo le pasara a sus hermanos y que él no estuviera ahí. Su actitud me dolió mucho. Cuando sepultamos a mi esposo, al otro día fue uno de mis cuñados a decirme que tenía que quemar todas las cosas de mi marido, porque si no se iban a contagiar. Eso fue lo más que me hablaron. Para no tener problemas, dije que sí. Mi hijo me ayudó y quemamos la cama, el sillón, el colchón, todo.
Yo hablé con mi hijo. Le dije que si yo tenía la enfermedad no se preocupara, que me sepultara con su papá. Me vendieron un pedazo de tierra nuevo, que aguanta tres tumbas y ya estaba todo arreglado. Lo que habíamos ahorrado para terminar de construir la casa se fue ahí. Ahí se gastó todo. Yo le quería hacer bien su tumba.
A veces platico con [mi esposo]. Le conté por ejemplo que ahora tengo una cama otra vez. Es una historia bonita. Me la regalaron en mi trabajo hace poquito. Mi hija dice que “el Gordo”, así le decía, se ha de estar riendo de mí. Dice que ha de decir: “¡Mira nomás suertuda! Quemaste mi cama y ahora ya tienes una mejor”.
En junio [del 2021], Ccuando se cumpla un año de que falleció, le vamos a hacer la costumbre del pueblo: sus nueve rosarios como cabo de año. La cruz está en el panteón, pero la llevamos a la casa para que escuche los rosarios.
Yo trabajo porque no me puedo quedar en mi casa. ¿Quién me va a ayudar con los gastos? Mi hijo me ayuda un poco, pero no alcanza. Pedí un día más en mi trabajo. Trabajo de lunes a viernes ahora. Dos días trabajo en un lugar y tres en otro.
Ahora quiero volver a intentar lo de los locales. Mi esposo tenía un buen plan y al igual lo puedo seguir. Primero quería hacer la pared de enfrente, donde está la malla. Ahí dejamos los espacios para locales con cortinas. Eso para que la casa ya no esté libre a la calle. Esa pared igual puede tener un techito. La entrada va a ser donde está la otra pared, esa rosa que quedó.